domingo, agosto 12, 2007

Nieve sobre Chillán

Miguel Angel San Martín
Chillán, (Chile), 8 de agosto de 2007

...Era de madrugada.
A las 2,45 tengo una llamada telefónica registrada en mi celular, pero no contesté. Me había dormido tres horas antes tan profundamente, que no escuché la insistente campanilla del teléfono. A las 3 o poco más, mi hermano Raúl despierta porque le llama su hija Anita..."¿Qué pasa??", pregunta alarmado. "Nada grave...-le contesta- Simplemente, mira por tu ventana".
El espectáculo era maravilloso: copos de nieve cayendo sobre Chillán. Copos blancos, como plumas de una enorme gallina, iban cubriendo la superficie de los techos, se iban enredando en las ramas de los árboles , iban coloreando las varas invernales y desnudas de las flores del jardín.
¡Nieve sobre Chillán!...
¿Desde cuándo no se producía este fenómeno?. Hace muchos años que el clima no experimentaba una situación como la actual. Con tantos cambios. Tantas alteraciones. Tantos fenómenos raros y distintos. Por eso la cadena solidaria en horas de la madrugada. Porque las llamadas telefónicas se producen por el ánimo de compartir tanta belleza. Porque se amaneció en Chillán dos veces: con el blancor de la nieve y con la huída de la oscuridad esta mañana.Y la gente se entusiasmó con la rara visión. Compartir un hecho de esta naturaleza es agradecido.
Pero, por desgracia, la nieve no cuajó, no se quedó el manto blanco iluminando la mañana gris. No habrá la foto de patios y jardines brillando en invierno. Es la lluvia la que ahora se impone y derrite los anhelos de ver nuestra calle blanca.
Contacto con mi mujer que está en Madrid y me habla de todo lo contrario. Que allí es verano y que el calor aprieta. Se achicharran cada día, con temperaturas cercanas a los 40 grados. Que las piletas de las plazas y las fuentes de los barrios antiguos son el oasis de los turistas y lugareños. Que las piscinas están repletas y quien puede huir hacia la playa, lo hace. Las siestas son obligadas, en habitaciones herméticas y oscuras, porque al mediodía es imposible caminar, por el agobio. Que si aquí hay gente que muere de frío, allí los golpes de calor también se llevan a personas jóvenes o mayores. El clima no perdona edades y los fenómenos son, precisamente eso, fenómenos!.
Y nos preguntamos, ¿por qué suceden estas cosas? ¿Es que estamos haciendo algo mal para que se produzcan estos cambios tan bruscos?.
Sin duda que estamos haciendo muchas cosas mal. Las industrias contaminan, la gente contamina, los vehículos contaminan. Hay contaminaciones graves que no se corrigen. Hay voluntades que hablan del problema, pero todo se queda en palabras. Hay acuerdos conseguidos tras duros debates, duros intercambios de razones, pero no se cumplen.
Dicho en pocas palabras, pero contundentes: es la mano del hombre la que enrarece el clima. Y es la mano del hombre la que debe corregirlo.
¿Necesitamos campañas comunicacionales para conseguirlo?
Creo, sinceramente, que hacen falta campañas educacionales para lograrlo.
Es una tarea de largo aliento, porque debemos crear hábitos y constumbres en todo el mundo. Es labor de titanes.
¿Que el hombre no es capaz de actos gigantescos?
Si hemos sido capaces de lanzar guerras, de viajar a los espacios, de conquistar lunas y planetas...¿por qué no seremos capaces de cuidar nuestro propio entorno?.
La vida se nos va en ello.
Intentémoslo con la paciencia de nuestros antepasados: cada persona es un agente de corrección ambiental. Cada persona, con un gesto, con un hábito, con un granito de arena, irá ayudando a construir las gruesas paredes del edificio de la vida segura en el futuro.
Convirtámosnos, entonces, en las hormigas de la vida: sin descanso, cada hora de nuestros días...(o nuestros días tendrán menos horas, por nuestra propia culpa).

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