Andres Rojas Zuñiga
Abogado
El Chapulín Colorado, aquél titán de antenitas de
vinil y chipote chillón, es un héroe que
nos demuestra nuestra más intima realidad latinoamericana. Es un buen tipo,
pero en su objetivo de salvar a los desamparados, y oprimidos por los villanos
de turno, nos demuestra una escasa visión o análisis del problema, sus
soluciones son más bien mediocres, y en general existe una mayor apreciación
del nombre del héroe, que su efectividad en el conflicto.
Cuando vi terminadas las modificaciones legales del
artículo 2º del Código del Trabajo, y que tratan sobre el acoso moral, se me apareció en todo su esplendor el superhéroe
de la chicharra paralizadora. Una escasa visión de los legisladores en aprobar
un texto legal, sobre un gran problema laboral, sin un debido análisis, que nos
lleva a una solución mediocre y precariza la tutela judicial, y que nos
demuestra que la intención no es
legislar para mejorar, sino un objetivo más trivial, la necesaria aparición en
los medios y el registro de actividad en el catastro de sumas legislativas.