EN LA CONSTRUCIÓN DE CIUDADES INTEGRALES PARA VIVIR MEJOR
Sin duda uno de los grandes saltos que en los últimos años ha dado la Región del Biobío en materia urbana, es la reciente puesta en marcha del Convenio de Programación “Ciudades competitivas, sustentables, seguras y con calidad de vida 2007 – 2012”, y que se materializó en la capital de Ñuble a fines de junio, con la firma de la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, junto a la Intendenta María Soledad Tohá (GORE), la Ministra de Vivienda y Urbanismo, Patricia Pobrete (MINVU), y el jefe de la cartera de Obras Públicas, el Ministro Eduardo Bitrán (MOP).
Pero mención aparte y que cabe destacar en este verdadero hito, del cual todo el país fue testigo, es su génesis, la que de acuerdo a los lineamientos asumidos por la propia Jefa de Estado y que apuntan a resolver las diversas problemáticas de las ciudades desde una perspectiva integral, se traduce en un verdadero ejemplo de cómo distribuir de manera más equilibrada la inversión urbana en las regiones, permitiéndonos identificar y abordar temas inherentes de las capitales provinciales, y que tienen relación directa con los cauces naturales, aguas lluvias y el transporte a través de las redes viales. De esta manera, avanzamos en mejorar la conectividad y la seguridad con una mirada descentralizadora al interior de nuestra región, además nos permite dar pasos ciertos en la construcción de ciudades integradas, equitativas y sustentables.
Inesperado fue para muchos, y en lo personal, significó una tremenda y doble satisfacción, el primer capítulo que se escribió en favor de los habitantes de la región, tras la aprobación unánime que le dieron el pasado 25 de abril los Consejeros Regionales de todas las tendencias a este ambicioso Convenio. Pues, al visto bueno que se le otorgó a esta inversión nunca antes vista y que supera los 82 mil millones de pesos de aquí al 2012, se suma el hecho, que, de la totalidad de estos recursos, el MINVU aportaba el 44% de ellos, es decir, más de 36 mil millones.
De esta manera, y fruto del compromiso compartido nuestro Ministerio ya avanza en la habilitación de la Avenida Mariscal Ruíz de Gamboa en Chillán. A ello se sumará en el mediano plazo, el mejoramiento de la Avenida O’ Higgins, en el tramo comprendido entre Las Lechuzas y Avenida Collín, y en Chillán Viejo, el tramo que va desde el Puente Santa Elisa hasta la calle Luis Arellano. Todas estas obras que significarán una inversión de casi 11 mil millones de pesos, deberán estar finalizadas para el Bicentenario.
Fortalecer la conectividad interna y externa de las principales ciudades de la región, impulsando su desarrollo turístico, como asimismo, mejorar la integración social y la calidad de vida de los habitantes en su entorno vecinal y barrial, son algunos de los propósitos que persigue este Convenio de Programación que, como lo señalábamos anteriormente, evidencia una clara señal descentralizadora, pues a la vez, permite acercarnos a otras ciudades más pequeñas a través del Programa de Pavimentos Participativos y el de Espacios Públicos, que para el caso de la Provincia de Ñuble, significará llegar a comunas como San Ignacio o Cobquecura, donde se podrán intervenir áreas verdes, plazas y fachadas de construcciones con carácter patrimonial. Y todo ello, con el único anhelo, de transformar a los centros urbanos de nuestra región en los próximos seis años, en verdaderos polos de desarrollo, donde sus habitantes puedan vivir mejor.
Pero mención aparte y que cabe destacar en este verdadero hito, del cual todo el país fue testigo, es su génesis, la que de acuerdo a los lineamientos asumidos por la propia Jefa de Estado y que apuntan a resolver las diversas problemáticas de las ciudades desde una perspectiva integral, se traduce en un verdadero ejemplo de cómo distribuir de manera más equilibrada la inversión urbana en las regiones, permitiéndonos identificar y abordar temas inherentes de las capitales provinciales, y que tienen relación directa con los cauces naturales, aguas lluvias y el transporte a través de las redes viales. De esta manera, avanzamos en mejorar la conectividad y la seguridad con una mirada descentralizadora al interior de nuestra región, además nos permite dar pasos ciertos en la construcción de ciudades integradas, equitativas y sustentables.
Inesperado fue para muchos, y en lo personal, significó una tremenda y doble satisfacción, el primer capítulo que se escribió en favor de los habitantes de la región, tras la aprobación unánime que le dieron el pasado 25 de abril los Consejeros Regionales de todas las tendencias a este ambicioso Convenio. Pues, al visto bueno que se le otorgó a esta inversión nunca antes vista y que supera los 82 mil millones de pesos de aquí al 2012, se suma el hecho, que, de la totalidad de estos recursos, el MINVU aportaba el 44% de ellos, es decir, más de 36 mil millones.
De esta manera, y fruto del compromiso compartido nuestro Ministerio ya avanza en la habilitación de la Avenida Mariscal Ruíz de Gamboa en Chillán. A ello se sumará en el mediano plazo, el mejoramiento de la Avenida O’ Higgins, en el tramo comprendido entre Las Lechuzas y Avenida Collín, y en Chillán Viejo, el tramo que va desde el Puente Santa Elisa hasta la calle Luis Arellano. Todas estas obras que significarán una inversión de casi 11 mil millones de pesos, deberán estar finalizadas para el Bicentenario.
Fortalecer la conectividad interna y externa de las principales ciudades de la región, impulsando su desarrollo turístico, como asimismo, mejorar la integración social y la calidad de vida de los habitantes en su entorno vecinal y barrial, son algunos de los propósitos que persigue este Convenio de Programación que, como lo señalábamos anteriormente, evidencia una clara señal descentralizadora, pues a la vez, permite acercarnos a otras ciudades más pequeñas a través del Programa de Pavimentos Participativos y el de Espacios Públicos, que para el caso de la Provincia de Ñuble, significará llegar a comunas como San Ignacio o Cobquecura, donde se podrán intervenir áreas verdes, plazas y fachadas de construcciones con carácter patrimonial. Y todo ello, con el único anhelo, de transformar a los centros urbanos de nuestra región en los próximos seis años, en verdaderos polos de desarrollo, donde sus habitantes puedan vivir mejor.
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