lunes, septiembre 24, 2007

Carta a Camarada Manuel Avilés Lillo, Presidente Comunal JDC Chillán

Estimado Camarada: Con profunda satisfacción y esperanza he leído tu correo. Satisfacción por la suma de ideas propuestas por ti, algunas de ellas, por cierto, compartidas contigo, pero, seguro, que muchos creemos en la profunda tarea y enorme desafío que enfrenta la democracia cristiana en el chile de hoy. Esperanza, por que confiamos que a partir de estas ideas, el testimonio está asegurado.

¿Que nos distingue del resto, que hace y señala las diferencias?, ¿Cual es el sello que debe marcar nuestra acción permanente, latente e invariable?. ¿Cual es la vigencia del humanismo cristiano en la acción política, cual la interpretación de los tiempos de hoy? ¿Que debemos hacer?, ¿como reafirmamos nuestro compromiso y opción ética ineludible con los más pobres?. ¿Cual es el rol de nuestros partidos políticos en esta democracia naciente, cual es la tarea de nuestros militantes?, ¿como reconocemos nuestra diversidad partidaria, la aprovechamos como una virtud de nuestras visiones para enriquecer nuestras miradas para el bien de nuestros compatriotas?.

Nuestro querido Radomiro Tomic, recordaba la cita bíblica “hechos y no palabras” los ciegos ven, los cojos andan. Eres tu el que debe venir o debemos esperar a otro. Señalaba que los jóvenes deben ser la espada y el escudo de los pobres. Enfrentar hoy estos desafíos, no solo en la idea, romántica e idealista, sino en la acción concreta real e ineludible, y no sólo en los retos grandes de la construcción de políticas públicas, sino también en la mirada de la comuna, y en la de la organización social, debe ser nuestra obligación como partido.


Por sus obras los conoceréis

¿Cual es la verdadera discusión a la que debemos enfrentarnos, y que esperamos se produzca en nuestro Nuevo Congreso Ideológico?

De lo que estamos seguros es, de cual es la discusión que no esperamos se produzca, al menos por ahora. La de las elecciones, de los candidatos, o del futuro programa de gobierno. Estos van a ser fruto de los cimientos que seamos capaces de consolidar hoy, de las bases profundamente ideológicas que nos permitan primero definir ¿cual y como es la sociedad que hoy queremos construir? y para eso, ¿cual es la democracia cristiana que esperamos ser en Chile hoy, para los desafíos de hoy?.

Muchas voces se levantan, en muchos lugares “necesitamos un alcalde Demócrata Cristiano”, ¿para que? Chile espera más que eso de nosotros, nuestras comunas aún cifran sus esperanzas en nosotros. La historia nuevamente nos demanda para mirar el futuro, reconocer nuestro pasado, y arriesgar nuestros pasos en el presente.

La primera pregunta de fondo, entonces, es si seguimos y queremos seguir siendo un partido que cree y lucha por construir una sociedad personalista, comunitaria, pluralista y humanista cristiana.

La segunda es si estamos disponibles para avanzar en la lucha contra la Civilización del Egoísmo, materialista, exitista y competitivo, que genera una lucha frenética por ganar y dejar atrás a los demás.

Y la tercera, creo, como decía un amigo, es si estamos dispuestos a construir un partido intransáblemente solidario, intransáblemente democrático, intransáblemente popular, intransáblemente tolerante, intransáblemente progresista, intransáblemente comprometido con la defensa y promoción de los derechos humanos, e intransablemente comprometido con la protección del medio ambiente y en la construcción de una economía sustentable laboral y ambientalmente.

La civilización del egoísmo que combatimos en dictadura, y que hoy debemos enfrentar, definitivamente no es personalista, comunitaria ni solidaria, no promueve la dignidad humana como centro de nuestras preocupaciones, ni el bien común, (que entendemos como el conjunto de condiciones sociales que hacen posible y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de sus personas). Mucho menos cree en la diversidad, de opinión, credo, sexo y condición.

Creemos (creo), en la construcción de una sociedad integrada, que avanza decididamente hacia una verdadera democracia, descentralizada, territorial y funcionalmente, como instrumentos invariables de construcción de una realidad más equitativa(justicia para el caso particular), que establece condiciones de desarrollo sustentable para todos los rincones de nuestra patria, para todos las personas de nuestra patria. Pero los que tienen menos, requieren más.

Creemos (creo), en la construcción de una sociedad más justa, alguien decía, que la justicia, es la más grande de las verdades sociales y base de la paz social. Esta sociedad justa, debe en el Chile de hoy ver, a la Seguridad Ciudadana, como parte importante de su atención. Combatir la sensación de desamparo y temor de las victimas, dar pasos ciertos de mayor certeza jurídica para los afectados que viven de manera indigna y a merced de unos pocos. Pero junto con eso, construir un sistema penal y de penas que defina y aclare cuales deben ser sus objetivos, para reinsertar, reorientar y rehabilitar a los condenados. Una sociedad más justa no se contenta con aumentar las penas o el numero de detenidos o rematados en las cárceles, busca soluciones a este mal social, con fortaleza tanto, en su prevención como en su represión. Esta dispuesta a abrir nuevas miradas en la educación, la salud y la vivienda, a generar nuevas y crecientemente mayores condiciones de igualdad de oportunidades.

En fin, ¿cual es el Militante, y Dirigente Demócrata Cristiano que esperamos y que desafiamos?, como decía un honorable militante, aquel que dice lo que se piensa y hace lo que dice.

Grandes Dictadores construyeron grandes obras, nosotros necesitamos mucho más que eso, necesitamos construir una nueva sociedad, no desde la intolerancia, la traición, el desprecio ni desde otros tan despreciables males. Necesitamos volver a ser un partido profundamente Comunitario y Fraternal, donde viven y vivan las ideas, la libertad, el respeto a la diversidad y la democracia, donde no nos persigamos entre nosotros mismos. Chile y nuestras comunas esperan mucho de nosotros. Hoy es nuestro tiempo, a partir de ahora, no podremos culpar a nuestros abuelos por la sociedad que nos heredaron. A partir de hoy la responsabilidad es nuestra, y esta ahí, si es que queremos de verdad tomarla. Ya luchamos contra la dictadura, quizás ha sido la gesta épica más importante que nos ha tocado vivir, para nuestros padres tal vez fue la Patria Joven, hoy ese esa misma patria joven que demandaba Frei el 64 y que se puso en marcha, la que debe asumir su tarea.

La lucidez de Tomic una vez más se anticipaba y nos demandaba en el IV Congreso Nacional del Partido Demócrata Cristiano de Chile en 1991 “O la Democracia Cristiana acepta ser directa y necesariamente la expresión política temporal de los valores definitorios del humanismo cristiano... ¡o no será nada, porque no merecería serlo, y el oportunismo político la transformaría rápidamente en una feria de intereses personales cuando no bastardos!».

Es hora, que a partir de hoy entremos al agua y nos mojemos los pies (Josué 3:14-16) y sin dudar avancemos a las tareas que nos vienen por delante, sin escuchar a quienes nos desanimen. Sin duda que la tarea realizada por nuestro partido ha sido enorme, tres presidentes de chile, que han colaborado en transformar nuestra patria, en una patria más justa, más solidaria y mejor para todos, hoy debemos nuevamente pensar y escuchar a chile, para seguir construyendo ese país que soñaron algún día los Padres de la Patria. La tarea es nuestra, adelante camarada.

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