jueves, abril 17, 2008

Comunicación sin emoción

Hay discusiones valóricas que se vienen encima nuestro, desafío de decisiones de la sociedad que estamos dispuestos a construir y desarrollar. La instantaneidad, inmediatez y consumo son parte de nuestra realidad, la cuestión es como las administramos, como convivimos con estas nuevas realidades. Cuando señalamos habitualmente que vivimos en una “sociedad de consumo”, a que realmente nos referimos, ¿al acceso ilimitado a endeudamiento?¿a la sobre exposición de los medios de comunicación?¿a la carrera desenfrenada en que hemos sido puestos por el “éxito”?¿al compulsivo impulso de comprar y tener lo que se transforma en objeto de nuestros deseos? Como sea y cueste lo que cueste ¿Son los objetos los que dan la felicidad? Es mejor mirar la vida a través de un plasma y no de una pantalla plana, se ve mejor, más nítida, más real. Extrañas causas y consecuencias, extrañas circunstancias, pero sigo pensando que de algún modo en la época de las Tics sólo aparentemente no hay comunicación.
En plena discusión del “sueldo ético”, van surgiendo nuevas preguntas, o antiguas preguntas que requieren nuevas respuestas, cuanto estamos cambiando, mutando como personas y luego como sociedad. Creamos necesidades, sin saber cuanto control tendremos realmente sobre ellas, o donde provocará el efecto no deseado, pero no importa, ojos que no ven… y la ética y la estética, vuelven a ser materia de nuestros debates.
Muchos cuando niños nos imaginamos observados por otros, desde otros mundos, actores de un estudio de televisión, viviendo casi realidades paralelas, y de ahí al show de Truman sólo un paso. Lo que esta claro es que estamos viviendo una nueva revolución, un cambio de época sin precedentes, rápido, fulminante, sin vuelta atrás, hoy miles y miles de personas se comunican, interactúan y no se nota, parece que no pasara nada, pero, de manera invisible y silenciosa circulan voces y opiniones, con posibilidades mínimas de control, miles y miles se organizan de acuerdo a sus intereses, deporte, juegos electrónicos, comercio, amor virtual, noticias, educación, sexo y también puede ser terrorismo o delitos.
Así, nos transformamos en una sociedad voyeurista, disfrutamos mirando la vida de otros, viviendo vidas ajenas como en un reality show. Incluso hay algunos que diariamente transmiten por la red su día sin cortes, van por la vida con una cámara transmitiendo su realidad, casi parece como una necesidad de sentirse observado o acompañado, voyeur o solitario, parece que nos quedamos cada vez más solos (www.justin.tv).
Silenciosas comunidades parecen estar en movimiento, como en otros tiempos. Y al parecer valoramos y descubrimos que el amor se puede descubrir en un concurso, y muchos realmente esperan y creen que será así, llorando lagrimas ajenas, emociones falsas como ciertas.
Y ¿donde estas tu? Realidad, esperanza concreta de un futuro mejor, más humana y tecnológica. El sábado es para el hombre y no al revés, al menos esa fue la idea al comienzo, pero la ficción pudo más, se hizo concreta, hoy solo nuestros roles asumidos plenos y vigorosos pueden provocar su ritmo. Somos distintos, realmente muy diferentes, no se si mejores o peores, pero si más solos.